Sempre m'ha generat curiositat entendre els motius pels quals els psicoterapeutes triem aquesta professió. Sense dubte, donar una resposta te a veure amb una recerca dins de la pròpia història del terapeuta, de circumstàncies i vivències que han sigut propícies, i per això també resulta útil coneixer el punt de vista d'altres professionals que han dut a terme una reflexió sobre aquest tema.
A continuació, teniu un petit recull de les seves conclusions.
Existen varios factores que tienen que ver, justamente, con el
tipo de vivencias que la psicoterapia proporciona, en los que nos centraremos,
aunque, claro está, eso no significa que no existan muchos más, que exceden el
alcance de estos apuntes.
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Acceder a una
gran variedad de experiencias
humanas, concepciones del mundo, emociones y conductas, contacto con personas muy
heterogéneas, lo que brinda encuentros que no se producirían en la vida
ordinaria de la persona. Asimismo, los
tipos de problemas y desórdenes emocionales planteados al terapeuta son
extremadamente variados y se manifiestan y se viven de manera absolutamente
individual.
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Se supone que
el psicoterapeuta sabe acoger gran parte
del dolor y sufrimiento humanos sin que se vean afectados negativamente, lo
que conllevaría un reconocimiento social.
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Ampliación del conocimiento y de las percepciones del terapeuta, al estar en contacto con una
infinidad de cosmovisiones, perspectivas y experiencias, lo que aportaría una
motivación intrínseca que se autorefuerza.
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Experimentar
un desarrollo emocional constante y
un aumento de la seguridad en sí mismos y de la autoconfianza, así como un
incremento de la capacidad de introspección y la autorreflexión, al estimular a
los pacientes para que hagan lo mismo. Éstos, además, pueden resultar más
expertos e intuitivos en algunas áreas o en la relación con ciertos sentimientos
que el terapeuta puede no haber conocido, lo que brinda una oportunidad única
de aprendizaje experiencial. La
intimidad y la profundidad de la relación terapéutica también reporta, en sí
misma, satisfacción emocional.
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El apego duradero y el respeto que se
generan en el marco de la alianza terapéutica proporcionan una forma de enriquecimiento personal para el
terapeuta.
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La estimulación intelectual que se deriva
de investigar y experimentar conjuntamente con la persona que consulta, acerca
de sus estados internos, sus dificultades y sobre los escenarios de las
soluciones.
Aquestes reflexions es poden trobar, més ampliades, en el llibre:
Guy, J.D. (1987). La vida personal
del psicoterapeuta. El impacto de la práctica clínica en las emociones y
vivencias del psicoterapeuta. Barcelona: Paidós.
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